De espaldas, de espaldas al mar. Siento la brisa, escucho las gaviotas cerca volar; pero no me puedo voltear.
¿Quién me esta llamado? (No puedo mirar). No sé si es la sombra, el sol ya bajo .. tal vez los caracoles qe qieren jugar.
¿Me están llamando a mi? No hay nadie más, no puedo abrir los ojos, pero lo puedo imaginar. Me voy a voltear, voy a voltear, lo siento cada vez más cerca, cada vez más frío. Se me congelan los pies, ya puedo mirar, pero no estoy segura de qe sea el mismo lugar. El silencio de la noche me hace dudar, a las gaviotas ya no las escucho, dejo de ser brisa, ahora es el frío paralizante qe me adormece .. Me estoy desarmando, el viento me quiere llevar, voy hacia arriba y hacia abajo, acercándome a la copa de los árboles. Escucho un sonido debajo de mi, o más alto .. exaltado, sí, así... supongo qe mi presencia lo irritó. Ni imaginarse como me siento yo.¿Qué hago acá tan alto? ¡¿Quién es qe me esta llamando!?
Alcanzo ver una gruta, no muy lejos, ahí estaré segura, solo hasta qe acabe la noche, donde en la oscuridad dejen de llamarme. Voy a intentarlo, me tomare lentamente de las ramas, cualquier cosa es mejor qe tan alto. Y no lo intente!... pero eran demasiado frágiles! La primer rama me quemó, y no desistí, realmente no lo hice, pero se quebró, y sólo pude arrojarme al vacío, y sólo caí desde quien sabe qe altura, quemándome con cada rama qe quedara debajo de mi. En fin, logré alcanzar el piso, y no aterrice sobre ninguna bonita flor, no, con eso tuve mucho cuidado, desde luego. No voy a describir mi estado, qe supongo evidente después de tanta caída. Me dirigí de inmediato a la cueva, sin mirar hacia ningún lado, como camuflándome. No estaba lejos de mi más qe unos escalones abajo. Uno, dos. Ya puedo abrir los ojos, y es la arena. El albor, el sol qe destella frente a mi siendo algo más qe luz, algo más qe pena. Aquí no hay nada más exceptuándonos, nadie lo quiere escuchar, nadie lo quiere sentir, es tan sincero qe quema. Qe siento como resuenan y hacen qe tiemble mi cuerpo sus confidencias. El soltambién lo ve todo, ve lo qe se hace en la luz, ve lo crudo y siente, lo siente tanto qe le arde cada palabra, o cada gesto, cada movimiento, el sol también ,, y no es su culpa. Y puedo acariciarlo y no me importa si duele, y puedo escucharlo aunqe cada palabra me haga estallar de cólera. Verán, no es tan malo como parece, es qe es bruto pobrecito. Yo lo escuché y sé qe se calmo, porque poco a poco se fue apagando. Y el crepúsculo comenzó sobre mi otra vez, y la Luna. Pálida, en cuanto me vio se distancio. Y vi la culpa con la qe cargaba, ella oye el dolor de madrugada. Y vi como sufría, y vi las grietas qe se le hacían … Pude comprenderla, casi, desde mi lado, puedo observar, pero hacer... nada. Esta todo muy oscuro, enfermo. Si cierro los ojos otra vez, nada va a pasarme, nada voy a ver, nada va a tocarme, nada a doler. Y no voy a abrirlos por más qe me llamen, y no voy a subir, no qiero volver a quemarme. Si escuchar me lastimó, si comprender me desalmo …. No va a ser el mar, inmenso otra vez de frente a mi, pero no voy a sentir las voces, y las gaviotas cesaran….
No hay comentarios:
Publicar un comentario