domingo, 8 de noviembre de 2009

Me reprochaste no haberme mostrado como soy. Sin embargo, yo me entregué sinceramente de cuerpo y alma en tus brazos. Lo que nunca te conté, es que tanto mi cuerpo como mi alma son una farsa desde hace tiempo. Lamento haberte decepcionado. No fue mi intención este mal entendido. Se que debí habértelo advertido. Pero entendé también que no es culpa mía tener un alma falsificada. Te parecerá una falta de respeto, pero te pido un último favor: Si algún día te vuelvo a encontrar, por tu bien, Esquivame corazón.



... Esto que estás oyendo ya no soy yo.

No hay comentarios: