jueves, 3 de junio de 2010

De tus muchísimos amantes guardas destrezas,
inesperados sesgos,
caprichos repentinos y falsas negativas que una
sonrisa desmantela
,
quizá la intermitencia de unos ojos hincados en el goce
y bruscamente, sin aviso, esa obstinada negativa a abrir
los párpados,
no sé, cosas esquivas, cambios que remontan a gustos
superpuestos,
a músicas distintas, a tantos bares donde diferentes manos
te leyeron
y donde diferentes nombres entraron en tu alerta indiferencia
de pasajera, de indescifrable francotiradora.

A mi vez dejaré en tu piel la huella de estas ceremonias,
de hábitos definidos, de maneras y de ángulos,
oh arena donde tantos arquitectos levantaron sus torres
y sus puentes
para que el viento las llevara mientras tú te volvías
al malecón o al bar
virgen a tu manera, la manera mejor y más hermosa
de ser virgen
dadora de las playas para los nuevos juegos.

No hay comentarios: