Que podría yo daros a vosotros! Pero déjame irme aprisa, para qe no os quite nada…!
ilusión y capricho.

* Yo, lo mismo que tú, tengo que hundirme en mi ocaso.
¿Habrá que romperles antes los oídos, para que aprendan a oír con los ojos?
Vuestra tristeza sea amorrr…
No hay comentarios:
Publicar un comentario