
No digas que no hay mentira, confesa que también te duele. Por algo se empieza, digo, desde el comienzo se des-pide. Me pregunto...si de verdad,como lo escribo, se hace. Nos olvidamos y no vemos el piso, los pies, lo que flota. Lo que flota, mirá que ahí vamos nosotros, eh, no va a ser cosa que te olvides.. Y será que ahí, en algún lugar pero al fondo ...
No se termina de comprender si esto es a propósito o se va a despertar. Sea como sea, ya siento sangre en mis piernas. ¿Se vuelve siempre al mismo lugar? Mierda, ¿qué uno no camina?. Mirame, estoy en otro lado, no lloro, no sé coordinar las lágrimas. Mira, hace lo que no quiere y corre de madrugada, en solitaria fuga. Pero antes alguien ya lo sabía. Cosa de sueños, de números, ¿porqué?. Habría que sumar cosas que se van perdiendo, habría que amarrarlas al océano, pero las metáforas no nos salvan. No tendremos que salvarnos, no tendría ya que fingir palabras. No entiendo. El cuerpo se me hace de mentira, pero adentro hay pulmones que asfixian. No es ésto, acordáte, se necesita escribir para no vomitar las mismas palabras. Porque no existe la prisa, pero la ansiedad esta en mi mente, y cómo correr de eso. ¿Cómo correr del éxtasis cuando se están ahuecando las paredes?
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